Diálogo, paz y el trabajo del programa “Bravo!” protagonizan la visita de monseñor Vincenzo Paglia a Uagadugú
La amistad de la Comunidad de Sant’Egidio con Burkina Faso en todos sus aspectos, desde el trabajo de las últimas décadas para inscribir en el registro civil a los niños hasta las iniciativas de diálogo y paz, han centrado la visita que monseñor Vincenzo Paglia ha realizado durante cuatro días a Uagadugú. El país sufre desde hace tiempo duros ataques armados de grupos yihadistas del Sahel, con la consecuencia dramática de miles de desplazados. Allí Sant’Egidio es “una presencia importante”, ha resaltado el presidente de Burkina, Roch Marc Christian Kaboré, durante su reunión con monseñor Paglia y una delegación de Sant’Egidio, precisamente por lo necesario que es un diálogo que incluya a todos los componentes religiosos y civiles y “que vea en la diversidad una riqueza, y no un motivo de conflicto”.
Monseñor Paglia aprovechó la visita para renovar la amistad con el arzobispo de Uagadugú, el cardenal Philippe Ouederaogo –que ha compartido varios encuentros con Sant’Egidio sobre diálogo y la presencia de la Iglesia en África– y visitó la Comunidad en algunos lugares significativos de su trabajo en el país.
En la casa familia en la que viven algunas ancianas –que han sido salvadas de los prejuicios que muchas veces rodean a las personas de avanzada edad en África y las aíslan– celebraron el encuentro y evocaron la necesidad de que nadie sea abandonado. Otro encuentro significativo fue el que mantuvo con el equipo de Bravo! (Birth Registration for All Versus Oblivion), el programa de inscripción en el registro civil que desde 2009 ha logrado inscribir a más de 3.800.000 personas, en su gran mayoría menores que, por el hecho de ser “invisibles” corrían el peligro de sufrir abusos de distintos tipos, además de no “existir” para el Estado en el que viven. De especial interés fue la visita a un centro de maternidad de Uagadugú donde, gracias a un acuerdo con el Estado, los recién nacidos se inscriben gratuitamente al nacer para que desde su primer día de vida, no haya dudas sobre su identidad.