El papa Francisco hará santos al monseñor Romero y a Pablo VI

En el día en el que se anunció la canonización de Oscar Arnulfo Romero, el obispo Vincenzo Paglia, postulador de la causa, destacó en una entrevista con EFE la significativa coincidencia de que hoy también se aprobase que Pablo VI sea santo pues ambos “se estimaban de una manera increíble”.

No parece dar puntada sin hilo el papa Francisco que ayer firmó los decretos en los que se reconocen los milagros por la intercesión del arzobispo Romero y del papa Pablo VI y que, con casi total seguridad, serán canonizados juntos a finales de octubre durante el Sínodo de los obispos en el Vaticano.

Así lo piensa, Vincenzo Paglia, también presidente del Pontificio Consejo para la Familia, que ha dedicado 24 años a llevar adelante en el Vaticano la difícil causa de Romero y que hoy es también para él un día “maravilloso” tras tantas dificultades.

“Para mi es muy significativa la coincidencia de la canonización de Romero con la de Pablo VI, pues ambos se estimaban de una manera increíble”, asegura, ya que ambos se conocían desde los años 40 cuando Romero estudiaba en Roma y fue el mismo papa Montini quien le nombró arzobispo de San Salvador en 1977.

En una de las últimas reuniones en Vaticano pocas semanas antes de la muerte del papa, en junio 1978, el arzobispo llegó al Vaticano a hablar con Pablo VI en un momento en el que “las dificultades se intensificaron y tenía una feroz oposición tanto de personas de la Curia como del arzobispado”, cuenta Paglia.

El obispo italiano explica que entonces “Pablo VI le dijo a Romero que era el pastor de su pueblo y que tenía la responsabilidad primaria de gestionar esta situación tan difícil que lo hiciera según su conciencia”.

Y “Romero dijo que tras esta reunión consiguió esa paz que era difícil de encontrar en los momentos de fuerte oposición”, añade el postulador.

Por ello, Paglia asegura y afirma que será bellísimo que ambos sean canonizados en el Vaticano durante el sínodo de los obispos porque los dos lo eran y así los prelados, dice, “seremos los primeros a ser llamados a contemplarlos y a imitarlos”.

Cuando se anunció la beatificación de Romero, Paglia ya destacó las “montañas” de cartas y documentos enviados contra el arzobispo y que retrasaron el proceso.

“Han sido largos años, pero que han encontrado una conclusión extraordinaria. Yo siempre me preguntaba porque era todo tan difícil y había tanta oposición pero la respuesta ha llegado hoy: Solo un papa latinoamericano podía canonizar a una personalidad como Romero”, considera.

También ha servido un milagro para poder hacer Santo a Romero y también aquí Paglia destaca la increíble coincidencia.

El milagro elegido en el proceso es el de una madre salvadoreña, Cecilia Maribel Flores Rivas, que tuvo que someterse a una cesárea al séptimo mes porque corría el riesgo de morir y con ella su bebe.

Paglia explica que el marido de la mujer, aunque no era muy creyente encontró una estampita del beato Romero y empezó a rezar y a el se unieron los amigos y familiares de la pareja. El bebe se salvó y la madre se curó de manera inexplicable.

El postulador recuerda la homilía de Romero durante el funeral de un sacerdote asesinado y en el que también habló de que ser madre es ser una mártir. Una homilía que el papa Francisco también ha recordado en sus alocuciones.

El obispo italiano celebra que finalmente Romero sea “un Santo Universal”, pues “en la beatificación es para el culto en El Salvador, pero con la canonización se le pone como testimonio y toda la Iglesia tiene que mirarle con devoción y también como testigo ejemplar”.

Para Paglia finalmente al ser santo “iniciará una acogida más generosa del testimonio de Romero” en el seno de la Iglesia.

Ahora, espera, Romero será el santo “que ayude a El Salvador de hoy a salir de tragedia como las violencia de las ‘maras'”.

Pero también, agrega, “que ayude a América Latina a encaminarse con mayor decisión hacia una Justicia social y dé testimonió evangélico para acabar con los falsos profetas y al mundo entero para que sepa que para conseguir la paz hay que dar la propia vida por los demás”.

(MUNDO)