El Vaticano arropa a Krajewski: “Nadie quería violar la ley, pero tenemos que ayudar a la gente”

El gesto del ‘Robin Hood’ del Vaticano, Konrad Krajewski, es “un esfuerzo positivo para llamar la atención de todos sobre un problema real que afecta a hombres, mujeres, niños y ancianos”. El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, defendió este mediodía al limosnero papal por su decisión de reactivar la electricidad de un edificio okupado de Roma.

Frente a las diatribas de Salvini, Parolin sostuvo que “la Iglesia ayuda a todos”, e invitó a evitar las polémicas. “Personalmente creo que el esfuerzo se debería poner en comprender el sentido de este gesto, que es llamar la atención de todos sobre un problema real que afecta a personas, a niños y ancianos. Y se ha logrado: las instituciones se han activado”.

El arma de la misericordia

Por su parte, el presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Vincenzo Paglia, recordó que el gesto de Krajewski sigue la “estrategia del Papa Francisco, inspirada en los Padres de la Iglesia”, para quienes “los conceptos ‘mío’ y ‘tuyo’ eran palabras diabólicas, porque la propiedad de la tierra no es de nadie, sino sobre todo de Dios”.

Finalmente, en declaraciones a La Stampa, el cardenal Turkson, presidente del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral subrayó que el oficio de Limosnero “es el arma de la misericordia del Papa Francisco”. Así, recordó que “en los últimos años, ha pagado alrededor de tres millones de euros para salvar a las personas que viven en el Vaticano, pero también a los italianos en situaciones de dificultad y miseria en sus hogares”.

“Hay tantas familias que no pueden pagar fácilmente la electricidad…, ¿a quién acuden?”, se preguntó el cardenal ghanés, quien resaltó que “el limosnero nunca se echó atrás para ayudar a las familias italianas, siendo buen samaritano para los más necesitados. Es inherente a la misión de la Iglesia”.

“Asumió toda la responsabilidad”

Sobre la legalidad de la medida tomada por Krajewski, Turkson respondió con el Evangelio: “Fueron las mismas críticas que hicieron de Jesús en su día: es ilegal hacer cosas el sábado. ¿Pero es la legalidad la que prevalece o hacer bien a alguien? ¿Cuál es la elección?”.

Ciertamente, el cardenal no hizo nada para esconderse. Tanto es así que antes de irse dejó su tarjeta de presentación y asumió toda la responsabilidad. Repito, la pregunta es la misma: ¿está bien curar en sábado, sí o no? ¿Está permitido dejar a los niños allí durante días sin electricidad, a los ancianos o a los enfermos? Nadie quería violar la ley, pero tenemos que ayudar a la gente”.

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